La espera.

Esta el duende en un rincón
de la habitación abandonada.
Se le ha escapado por la fisura del piso,
su magia.
Mira los cielos extintos de sus paraguas,
en la espera de su amada.
Un arco iris de colores, de colores,
se refugia tras su sombra.

Mira el cable de voz eterna,
su corazón no suena.
El olor a jardín de madrugada,
penetra por sus fosas de vida.
Más no grita el clarín de lo lejano,
anunciando su llegada.
Las luces de las luciérnagas, se han apagado.

Un día, otro día, de espera amarrada.
Cabellos dorados cabalgan
sobre las horas, a golpe de viento.
Huracanes de lluvias replantadas,
murmuran desalientos.

Florecen soles de margaritas amargas,
en aguas de tinajas muy claras.
Mira el patio de vegetación soñada.

En el centro del mundo, una fuente preñada.
Sus habitantes de picos y alas,
hacen sus faenas diarias.

Sale el duende de su rincón,
vestido con su volumen de coraza,
quedando encerrado en el marco de tu ventana;
margaritas y jazmines, cadenan su espalda.

La miel de tu boca corre por su garganta.
Espera la espera, de tu recalada.
Te dejaras caer pisando la mañana.
Vestida de rocío, con los colores de su alma.

Vuelve el duende al rincón de la habitación,
habitada de tus sueños de olores,
que le embriaga en la espera.
El espera, esperando esta en la espera..
Colecciona en silencio estrellas apagadas.
Se mira sus manos vacías,
como espejo de tu alma.


Queda el duende en su rincón,
en su misión cotidiana.

Uribazo.
Julio 03 / Mayo 04.

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