El pacto.
En los alto del aliento
canto un jilguero.
De miedo se tiñeron
sus pluma de acero.
Como canta ese cantor
vence el tenor,
con trino limpio
de matiz sincero.
A la sombra del cedro
el caminante se quedo dormido.
Arrullado por los cantes del camino
ante, aguas clara tomo del botijo.
Refresco la frente de sus olvidos,
y el arbol le hablo con buen tino.
Duerme tranquilo amigo, duerme
que yo desde lo alto vijilo.
La tierra se alimento
de sus pies desnudos.
Preñada en lo más profundo,
escupio la vida en un susurro.
Quedando preso,
el hombre y el pájaro.
- Cárcel árbol, libera al pájaro -.
Se oyó una voz desde abajo.
El canto liberado,
salto de rama en rama.
- Amigo, libera al ser de barro -.
Así comenzó el pacto,
Pájaro hombre árbol,
Árbol hombre pájaro.
Abrazados a la tierra regresaron,
comensando otro ciclo.
En los alto del sentimiento,
canto un hombre-pájaro.
De alegría se tiñeron
sus brazos emplumados.
Para comenzar de nuevo,
bajo la sombra del ayer.
La misma vida de hoy,
el mismo miedo del mañana.
Para convertir la agonia,
en cotidiano gritos.
Así estamos hechos,
de arcilla, color inconforme.
Uribazo
Dic / 2003. Coral Gables. Miami.