Bruja.
Ojos de aguas clara,
pasión de la mirada.
Oculta en tu sonrisa
la mordida del amor.
Mira niña,
tus vuelos de algodón.
Inocente son tus manos,
inocente tu faldón,
inocencia sin perdón.
Despliega tus olores,
lacerando mi dolor.
Aléjate de mi niña buena,
ángel de la creación.
Encadenaste el cielo
a un suspiro.
-Ay señor-.
Prisioneros somos todos
a tu balanceo solariego,
ebrio de tu silueta muero.
-Ay señor-.
Mirada de locura cuerda,
verde de ilusión, pecan.
En picaras carcajadas
correteas los callejones,
del toqueteo, al coqueteo,
tendencioso y armonioso,
con ritmo de piel tostada.
Ay mamá, que niña,
¡Ay mamá que mujer!.
traidores adoquines, miran;
tus secretos más íntimos.
Odio esta piedra de lastre
que te lame.
A este patio de coral marino,
sin esquina, sin salida,
que te enmarca como madona.
Todos son cómplice,
de tus locuras.
Entretienes con tus juegos,
seduces con tus conjuros.
Bruja niña,
Bruja mujer,
Detienes el tiempo,
en soles de cadenas.
Te viste con nubes
de papel de traza.
Robándole al tiempo
tu juvenil charada
de piel morena.
Llegaste de la mar,
en gentil barca.
Sin más historia,
que tus faldas enredadas
entre tus piernas de caña brava.
Teje mujer mala,
desteje niña buena,
remienda dulce esposa,
dadme consuelo oculta amada.
De campanas de cueros
están hechos los caminos,
de tu pueblo.
La vejes de tu tierra,
marcada por los surcos
de los meses.
Largos y fríos,
Cortos y calidos,
Dulce y amargo.
Consuelo de los mozos
ver tu silueta en el estanque.
Copyright
© 2000-2009 URIBAZO (Carlos R. Uribazo Garrido), Madrid. España.Todos
los derechos reservados.
Almanaque
de camiones.
Ciudades como aulas.
Predica el santo tembloroso,
al sentir tus sudores, oculto
entre la cera y el incienso,
se castigas por tus horrores.
Padre nuestro que
estas en los cielos,
Mira a este ser, que creaste
con malicia divina, de
dulce caderas, como
agua vendita,
agua maldecida.
Concédele la vida eterna,
que perdure su belleza,
por los tiempos,
en los tiempos,
de los tiempo
Dale alas,
para que sea ángel
de lo blanco de lo oscuro.
¡Ay bruja divina!
Que en mi cielo,
no hay ángel moreno.
Solo esta,
a la que yo quiero.
De sus ojos,
de verde marino
Soy su prisionero.
Uribazo.
Miami Nov - 03,
Cubas Abril del 04