Siempre me pregunto,
por que estoy aquí,
al lado de este muro.
Si de lo inconforme a lo tierno,
solo hay una puerta.
Cerrada para los ciegos
de corazón de hierro,
entornada a los enanos
de sonrisa no comprada,
abierta al atrevido
que pisa dejado hullas.
Puertas que florecen en los caminos,
para esos, que son molestos.
Puertas que no temen al paso,
con miradas clara de inocencia.
Puertas de espíritus libre como el viento.
Yo tengo una puerta,
que vive en el marco de otra puerta,
que lucha, entre la verdad cerrada
y la falsedad abierta.
No teme, pero lleva a su espalda,
el miedo de su soledad,