A la nada.

Llevas tu alegría desborda,
por las cuatro esquinas,
de este mundo a cuatro patas.
Nueve tus pechos como banderas,
caminas de puntilla con aires marinos,
cimbrando tus maliciosas caderas,
de tambor de barrio.
Bebe del agua de la lluvia,
vino celestial de los pobres.

De este lunes de hojas verde;
que son lágrimas de gozo,
dejare caer, que callo, fertilizo;
como niño tonto la tierra agria.
Gota a gota mojare tu rostro
desde las alturas.
Me posare en esta playa,
como si nada.
Como la nada de la verdad.
Esperando del ayer, lo que no fui.
De las arenas blancas, lo que me quito.

¿Pero?, pasarás tú por la orilla,
en busca de ese niño que era.

Echaré raíces en tus carnes.
Beberé de tus labios mi historia.
Amarado por sogas salobre
te estaré esperando,
Abrázame con aire del mañana.
Modelame con tus manos calida.
Que yo teno al vació de la infancia:
de crecer nada,
de amar todo,
de tener lo justo,
de llegar, he llegado.
He huido de mentiras y traiciones.
Corre, corre amada,
que la marea sube
y no quiero partir,
a la nada.


Uribazo.
Enero - Abril del 2004.