24 por seg.
He despertado con olor a 24 por seg.
Rodeados de penumbras que viven,
en el ático de mi cuerpo
redondo y achacoso.
En mis alucinaciones pinte
tu rostro de virgen de cobre.
Me arrodille; recé y pedí,
que me ame en mi salvación
En el descanso del primer acto (mi sueño),
me asome a la ventana del mismo cuento,
la mesa de lo cotidiano servían palabras,
al vacío, con una ensalada agridulce,
de otros verano, en cuencos de latón.
Entre resoplidos y estornudos,
aparte el polvo que abrigaban las letras
de tu último informe de amor,
carta tierna, pero demasiada larga.
Me suena a clarín de tu voz,
y el miedo al abismo del engaño,
se desvela como pared de cartón.
No veo el verdadero aleteo
de tus alas, pero oigo su música.
Los sonidos a puerta cerrada,
se me hacen, pan de cada día.
De semilla rancia, están
alimentados los actores.
Es negra y blanca la pantalla,
lucho para escapar de ella,
pero un contrato de grilletes,
me ata a sus hilos lumínicos.
Las palabras de amor,
germinan con fosforescencia, van
madurando como lápida de algodón.
Es la vida de la vida que cumple,
quedas arrinconado como un ladrón.
Lucho, corro, alada mi muerte
me pisa los talones.
El guión no es mío, es de este salón.
Que triste es mi vida, de 24 seg.
Tengo el pecho lleno de historia,
y las manos atada a una taquilla.
Uribazo.
Cubas / Madrid.
30 - 04 - 04.