Despierto por nada.
Despierto de un infinito perpetuo
marcado por el olor de tu cuerpo.
El trino de tu sonrisa
me trae noticias del pueblo.
De mañana en mañana,
voy tocando las puertas
de las nubes altas y bajas.
Le pregunto en mi vuelo,
a los pájaro donde vives,
me contestan - que muy cerca de ti -.
Confundido quedo en la foto.
Lenguaje extraño, de los seres alados,
lenguaje torpe el de los humanos.
Cierro los brazo y registro,
mi interior, no te encuentro.
Humedad de mi carne, grito a grito.
Como dardos quemados,
que en gotas sudor se convierten.
Tú saliva me envuelves.
Mis huesos devuelven,
al eco mi voz.
Ellos tienen la razón.
A mi me la quitan.
Tú esta pegada a mí.
Te tengo entre mi brazo.
No te suelto.
Voy en caída libre,
con liberarte me salvo,
pero no quiero perderte.
Ya te perdí una vez,
cuando me convertí
en pájaro de metal,
embriagado por la fantasía
del absurdo lejano.
Veo el fondo embrionario
de la mar esmeralda.
En esta playa blanca
de granitos eterno.
La bóveda de mi techo,
esta llena estrellas confusas,
ensartada por hilos, del mas allá.
Se que al del camino final,
será tú mi perdición.
Abocado estoy en esta alusión,
me lo predijo una voz al nacer,
-que nunca veré el comienzo
con final, final de un comienzo.
Pero te tengo
abrazada
a mi cuerpo, no abriré
mis alas para mi salvación.
- oh pena, pena del corazón,
ave de metal -.
Llega la noche,
me vuelvo a salva.
Vuelvo a soñar.
Vuelvo a despertar.
Castigo por castigo.
Vida por vida,
Principio por fin.
Fin sin entrada.
Nada por nada.
Dos cara de una
moneda.
Uribazo.
Enero-Abril 04.