Las cuentas están hechas.
Hoy me he levantado como otros tantos días.
De los últimos años, convivido, desandado.
Por días, por horas, por minutos.
Desgajando los dijitos del tiempo trocado.
Donde las palabras quebradas es pan ordinario.
Donde el alientos congelado, se transforma,
en fantasma de lo dicho por lo que se dicen.
Donde las manos tocan la carne muda.
Donde el arado del tiempo faena en mi cuerpo,
plantíos de papeles mojados.
Para que la historia, se repita como escupitajos
.............................................................intermitente.
En este despertar trabaja nuestra filiación de olvidos,
como una oficina de disciplina de supervivencia.
Cogemos turno para los grilletes que nos toca.
Arrastramos una enorme bola empacada en humo,
Acurrucamos nuestra conciencia en estas estanterias.
Lo que fue amor, es hastió y violencia del verbo.
Las mentiras, germinó con los años,
en los momentos de espejos rotos.
Por que los juramentos ya no son rentables,
cuando el miedo a la cercana muerte, nos traiciona.
Miro mis lienzos inmaculados, con su eterna virginidad,
Compañía fiel desde que tengo sentido en los sentidos.
En su inmensa grandeza de nubes blanca,
se refleja mi rostro, rodeado de mascaras,
de la eterna juventud derrochada.
Mis manos se hacen torpes para sumar y restar.
Luchando por no olvidar la educación de las caricias,
el siglio de la masturbación, la osadía de la
...........................................................improvisación.
El lenguaje de la articulación se oxida.
Mi lengua belicosa, callara por edad.
Tropiezan las palabras pintadas, tono a tono,
por el ruego cotidiano del tiempo, marcando mi final,
Un cortejo a toque de conga Santiaguera,
Uribazo.
Abril-Octubre 05.