Las palabras de un amigo.
Tengo un amigo, que juega con las palabras.
La sube, la baja, las mueve, de aquí para allá.
Para de allí, para acá, para más allá.
Las borras, estando caliente.
La teje, estando enredada.
Todas las mañanas le saca filo.
Todas las tardes hace cuquitas con ellas.
Todas las noches, la guarda en su garganta.
Palabras sin alta y baja; al dar su palabra.
De letras plateadas y doradas te envuelve.
Con letras de hierro y plomo te abandona.
Mi amigo es un mago de las palabras.
Su maestro en lenguaje, fue el maja.
Obediente con las mayúsculas.
Abusador con las minúsculas.
Que bien la utiliza. Son suyas.
Que bien se la sacude, las palabras.
Con que elegancia torpe hiere.
Mi amigo se viste de palabras.
Mañana tarde y noche.
Duerme envuelto en sabanas de letras,
Que no entiende, que no ve.
Toma sopa de letra,
para alimentar su ego de grandeza.
Le he cogido lastima a mi amigo.
Amigo de mis amigos, nadan en las letras.
Mi amigo morirá solo,
envuelto en sus misma palabras,
Ahogado por sus verborreas absurdas.
De métricas pequeñas,
para oculta sus carencias.
Eso pasa cuando se le roba,
las letras a la mar.
Eso pasa al no saber que hacer con ellas.
Eso le pasa a mi amigo,
En su miedo a la soledad.
En su miedo a morir al dar la palabra.
Eso le pasa, sucede,
lo vivió, lo vive, lo vivirá en su mundo
de palabras fantasma.
Dios le da barba, al que no, la palabra.
Uribazo.
Dic 2005.