Mi puerta.
Tu sombra fue el marco de la puerta
que trapase sudoroso.
Sembrado de miedos infantiles,
bajo promesa del no se que.
De lo que nunca he probado.
Fue el tiempo del infeliz
con su locura no realizada.
Tus sueños de madures
es la fuente seca donde
mis manos se mojaron.
Para que hablar de lo que, pudo ser.
Sin sentir el comienzo,
sin sentirte a mi lado,
sin sentir tus labios
mordiendo mí aliento.
Y yo;
Sediento,
Sediento,
Sediento,
Como juego prohibido florecido el final
de antemano, en el principio de tu sombra.
De dulces encantos en monedas de engaños.
Fui feliz, en tu tiempo de sonidos metálicos.
Con la consumación de tus locuras.
Volví a tu sueño, o a mi sueño.
Para hablar de lo que fue,
De este comienzo,
De que estar a tu lado es mi locura,
De sentirte en tu aliento,
Y yo sediento;
Mordiendo,
Mordiendo,
Muriendo,
Muriendo.
Y tu viva,
Viva, asquerosamente viva.
Uribazo.
Agosto 2006-08-11.