Yo seguiré.
Que te devora tú alma,
con tanta maña, asustada.
Quien pone en tus labios,
el miedo al cambio, proverbios.
A donde vas en la mañana,
despertada, en razón halada.
No son, sin olores, hay colores.
No son, tu visión arada, cerca del portón.
No son, hablar con lenguas, marchitas.
No son, por una razón, locuras.
No son, la existencia madura, temores.
De donde bienes, cansada, abochornada.
Arráncate del pecho, la mentira vivida.
Que devorados estamos todos.
Vivo o muerto, he de amarte.
Seguiremos este tiovivo.
Del juego con miedo.
Del temor al consuelo.
De la espera eterna.
Poco en las tardes.
Poco en las mañanas.
Poco en las noches
¿Que haremos de las madrugadas vacías?,
Frías de castigos flagelados.
Ahogada en ecos cotidianos.
Yo seguiré caminando.
Por la misma cuerda,
con que me ataste el alma.
Hasta que la misma vida,
la rompa de una carcajada.
Uribazo.
12 - octubre - 2006