Tu rostro.

Tejiendo horas frías,
en tus largas noches blanca,
te viste de cenicienta
ante la última campanada.
¿Quien te acompaña?
¿Quien se oculta como ladrón
detras de tus sabanas.
Que tu belleza, alguien devora.
Que tu cuerpo, todos aman.

Más yo, preciento que en este juego,
eres la domadora.
Seductora, habilidosa.
Niña malvada,
tus ojos amarran
con el sol maternal de la mañana.

No hinco la soberbia,
ante tu rostro sereno
de brisa calida del Sahara.
Pero humillo el orgullo,
ante la cruz Celtica de tu mirada.
Recordame con paciencia,
quien a mano extiende
en esta contienda,
espera como premio, más alla
de un ósculo de vuestra alma;
el merecido sudor de tu piel,

Copyright © 2000-2009 URIBAZO (Carlos R. Uribazo Garrido), Madrid. España.Todos los derechos reservados.

el gozo de tus ojos,
el torvellino de tu pelo
de trigo de la sabana.

De verde esmeralda, pintaré el camino.
Los caballos de novia estarán vestido.
La carroza color calabaza, el requerido.
De azul celete:
Yo pintare los sueños perdidos.
El sol pintará tus mechones
haciendolo más atrevido

Sin otro pretender,
al cantar en bullicioso
y humilde servicio,
hecho fuente de tu jardín estaré.
Aguas clara derramaré,
de donde nace
el tomillo y el romero
para lavar tus pies,
para calmar mis deseos.

Uribazo.
2/26/09
Coral Gables.